domingo, 9 de diciembre de 2012

Ciudad plegada I: vistazo general

Hace unas horas he ido a ver Holy Motors, que viene a ser un cruce fino y grave entre Les Acteurs y Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?. La peli no está mal, pero lo que importa es que pasa en París. No sé si todas las películas que pasan en un sitio tratan sobre ese sitio, pero me atrevo a creer que la mayor parte de las películas en París son películas sobre París.

Y tratar sobre algo es peliagudo cuando una película trata de algo que es, en sí mismo, algo sobre sí mismo. Vamos, que París es pura autorreferencia, una ciudad plegada hacia adentro, un acordeón de espejos. 

Hacía mucho que no iba y estos días he pasado allí una semana y pico. Teníamos un curso. El sábado antes del curso aterrizaba en Charles de Gaulle, besando con inquina el suelo en el que por poco se mata Mayor Oreja.


No venía a París desde el 2007, que vine a visitar a Camille y Matthias,  unos amigos franceses que había hecho en Alemania.  El domingo estuve comiendo con Camille y me enseñó las vistas desde su ventana.





Y también me enseño la ciudad desde la terraza de su octavo piso, a la cual se accedía con una escalera de mano muy pocoresguardada. No me caí al vacío y nos hicimos una foto a contraluz.


Eso sí, al cabo de un rato me hinqué en todo lo alto el borde de la ventana arriba retratada.



A Camille le interesa mucho la política y mientras mis concatalanes estaban votando, yo le comentaba puteado que no me habían llegado las papeletas para poder votar en la embajada. Pasamos por delante de este sitio y se me quitó un poco la mala hostia.


Luego me acordé de que la cabeza me chorreaba sangre y me volví a cabrear.



Éste ha sido un viaje de mucha trascendentalidad percibida. Cenando con Matthias, que había sido mi amistad más cercana cuando vivía en Berlín, se me llevaba un poco el vértigo de recordarnos. Como compañeros de clase y amigos instantáneos con un gusto musical bastante compatible, habíamos pasado mucho tiempo juntos.


Naturalmente estaba preocupado por cómo sería el reencuentro. ¿Íbamos a tener de qué hablar? Él se metió en investigación algo antes que yo y entrega la tesis en una semana o dos. Está con unas cosas bastante abstractas de las que yo apenas tengo conocimiento referencial, y supongo que viceversa. Al menos podríamos hablar de trabajo.


"Anda, ya le saqué a una foto a esto hace cinco años. Sólo que era de día". 


Fue realmente agradable. Pero no es que fuera como si no hubiera pasado el tiempo.


Fue más bien como si nos volviéramos a conocer y volviéramos a caernos bien.

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